lunes, 5 de noviembre de 2012

IT

¿Recuerdan aquella película de los años 90 en la que aparecía un horrible payaso quien siempre ofrecía globos flotantes a los niños, cuya apariencia cambiaba horriblemente? pues bien, si marco su infancia de tal modo como la mía hasta el punto de no querer ir a la regadera por miedo que el terrorífico payaso me saliera por la coladera del baño, créanme que comparado con el libro la película queda como una comedia romántica.

El decorado escogido por Stephen King para contar su historia es un lugar maldito que, en apariencia, es solo un aburrido pueblo de Nueva Inglaterra en el que normalmente no debería suceder nada digno de mención.

Pero el pueblo, Derry, alberga una peligrosa amenaza, una energía malévola y misteriosa que actúa cíclicamente, cebándose en el sector más indefenso de la localidad: los niños. Con una precisión inexorable, cada veintiocho años, el horror se instala en Derry, y se cobra varias vidas humanas.


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